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El castillo del Milagro



EL CASTILLO DEL MILAGRO

Junto al arroyo que tiene el mismo nombre del castillo y que divide los ténminos de las provincias de Toledo y Ciudad Real, viajando de Ventas con Peña Aguilera hacia el cruce de El Molinillo se alzan las nobles ruinas del castillo del Milagro, del que hoy quedan algunos fuertes paredones de su torre rodeada de foso y lo que fue una extensa muralla  la mayor parte de tapial, que dio cobijo a la primitiva población que allí se asentó. En el centro del promontorio murado se encuentra la ermita de Ntra. Sra. del Milagro que los venteños festejan en Septiembre.D. Femando Jiménez de Gregario, socio honorífico de esta Asociación había escrito sobre este castillo en un trabajo titulado "La población en la zona suroccidental de los Montes de Toledo" publicado en el número 94 de la revista "Estudios Geográficos" del Instituto Juan Sebastián El Cano. Es un interesante estudio como todos los que él hace, poco conocido en nuestra comarca que versa sobre la geografía e historia de ese trozo de los Montes que pertenece a la provincia de Ciudad Real.

Por nuestra parte recomendamos una excursión a este castillo donde podrán disfrutar de un delicioso paraje, comer en un par de ventorros y disfrutar de los Montes y su historia, entre los restos de esta antigua fortaleza que tantas vicisitudes vivió y que a continuación conoceremos por la reproducción de parte del citado trabajo que por su interés y difícil obtención para nuestros asociados traernos a estas páginas.

El castillo de Milagro

Una vez ocupada Toledo por Alfonso VI (1085), Y antes las cabezas de puente al sur del Tajo, Los Montes, que después fueron de Toledo y sobre todo, los puertos de Marchés y Milagro, debieron sufrir las incursiones de los cristianos sólidamente asentados en la ciudad del Tajo.

La importancia del puerto de Milagro, como ya vimos, comunicando ambas vertientes de Los Montes, que extraordinaria, sobre todo en los años inmediatos a la gran batalla de Las Navas de Tolosa. Cuando los cristianos, pasándole una y otra vez, amenazan y acaban por tomar Calatrava, y por fin, cruzando el Muradal, vencen a los almohades en el 1212.

Entregada Calatrava por Sancho III el Deseado a la Orden que llevaría ese nombre (año 1157), sus caballeros fueron dominando todas esas tierras meridionales de Los Montes, que serían después de Toledo. A pesar de ello, ocupada de nuevo aquella fortaleza por los almohades, como resultado de la aciaga batalla de Alarcos (1195), es muy probable que el famoso puerto de Milagro fuera amenazado, ahora por los moros, desde Calatrava, así como el resto del territorio que venimos estudiando.

Años después de la victoria cristiana de Las Navas, el 6 de noviembre de 1214, Enrique I de Castilla (1214-1217) dio al gran amigo, consejero y valedor de su padre, al arzobispo de Toledo don Rodrigo Ximénez de Rada, el castillo de Milagro para que lo repoblase, lo que por fin se logró empleando en la tarea un gran esfuerzo, según el mismo prelado nos dice.

Este paraje fortificado, dominando un paso, tomó el nombre de milagro originado en el término miraculu (de mirar, atalayar), que viene a ser lo mismo que atalaya.

Preocupado el gran arzobispo por la defensa de la frontera, hizo población en Milagro, levantando el castillo; para asegurar el camino de Toledo a la nueva fortaleza, obtuvo, el 7 de noviembre de ese año 1214. la villa de Pulgar (Toledo). Es posible que esta fortificaci6n se hiciera porque en el mes de marzo de ese año, atacaron el lugar 700 jinetes y 1400 soldados de infantería musulmanes, siendo derrotado entonces el caudillo castellano Oriel Arnáez, precisamente en Pulgar. Es de suponer que Ximénez de Rada levantara el castillo en donde ya había una atalaya. torre o pequeña fortaleza. según indica la fuerza del topónimo aludido. Así, pues asegura aquel paraje y le repuebla. Esto es para nosotros lo importante; viniendo a ser el castillo de Milagro el primer núcleo de repoblación cristiana en nuestro territorio, motivado por causas de seguridad militar y siempre en torno a la fortaleza. En esto se siguen las constantes de repoblación que ya estudiamos en su día, el tomar las torres musulmanas o los castillos como base de esa repoblaci6n en toda la zona meridional del reino de Toledo.

Los mozárabes en el poblado y castillo de Milagro

En documentos mozárabes del siglo XIII se hacen algunas referencias a Milagro. En agosto de 1222 el canónigo don Alfonso Meléndcz, hijo del alcalde don Melendo ben Lampáder, compra a don Gonzalvo el Segoviano once parcelas de losas por el precio de seis mizcales de oro alfonsies. Se llama losar o losa al cazadero de conejos, muy copiosos en Los Montes.

En otro documento, de marzo de 1226, se prohíbe que se pase por cierto camino que va a Milagro; siempre en beneficio o cuidado de la caza.

Esta zona es, por entonces, un lugar de cazadores, de pastores y carboneros. Se citan con frecuencia las losas o cazaderos, el pico del Jabalí, la fuente de los Pastores, camino del Carbonero, topónimos usados en los siglos XlI y XIII. Por otra parte, sólo se habla de El Casar del Asno, como aldea, pero ésta ya en el lado de la provincia de Toledo.

Jurisdicción de Milagro y su fuero

Los límites del castillo de Milagro iban desde el puerto de Alboher y Orgaz hasta el camino de Toledo a Calatrava, por Orgaz, Yébenes, Las Navas y Las Navas de Bermudo. Por otro lado, desde el mencionado puerto, por el Avellanar y Marchés a Estena. Dentro de ella quedaban Alcoba. Arroba, La Hoz del Guadiana y Abenojar.

Estando en El Fresno (Ciudad Real), el 24 de noviembre de 1222, concedió Fernando III al arzobispo Ximénez de Rada el privilegio de dar a la población de Milagro el fuero del lugar del reino que eligiera el prelado.

Parajes poblados a mediados del siglo XIII

Los documentos ya citados en torno a Milagro hablan de "todos los villares antiguos que son desde Milagro fasta la carretera antigua que va desde Toledo fasta Calatrava ... ", nombrándose, dentro de nuestra comarca, los siguientes poblados: Las Navas de Bermudo, Estena con lodos sus términos, La Cabeza de Domingo Alfaquín, el Campo de Arroba y de Alcoba, el Robledo de Miguel Suárez, Las Navas de Sancho Ximénez.

Blázquez intenta localizar alguno de estos lugares: Las Navas de Bermudo estarían en la confluencia del Alcobilla con el Bullaque; Estena no es otra cosa que Las Navas de Estena actual; El Robledo de Miguel Suárez en El Robledo, junto a Las Navas de Bermudo; por último, Las Navas de Sancho Ximénez sería el pueblo de Navalpino.

De acuerdo con ello, aunque reducidas a posadas de colmenas o pequeños núcleos, existían ya, en este tiempo, aparte Arroba y Alcoba, citados en la época musulmana, Las Navas de Bermudo, Las Navas de Estena, El Robledo y Navalpillo.

Para simplificar los montazgos se dispone que serían solamente dos, uno en el puerto de Milagro y el otro en Cijara. Se daba este privilegio en la ciudad de Palencia el 22 de mayo de 1225. En el 1288 el lugar de Arroba pertenecía al arzobispo de Toledo.

La zona de Milagro a mediados del siglo XIV

El territorio seguía utilizándose en ese tiempo preferentemente como lugar de caza. Desaparecido ya el peligro fronterizo por el alejamiento del moro de estas tierras, posiblemente decae el castillo y también la población de Milagro. En las referencias dadas por Alfonso XI en su Libro de la Montería se cita el camino de Milagro y los puertos de Marchés. Avellanar, la dehesa de Peña Aguilera, Peña Cabrones y la garganta de San Martín. En otro pasaje del mencionarlo libro se habla de Milagro y Carbonero, como puertos. En todo el país se cazaba principalmente osos. Se cita el río Bullaquejo y El Robledo del Bullaque, Valdelobillos y La Torre de Ojo Abrahen, o sea la Torre de Abraham. Son considerados estos parajes como buenos montes de osos. En el territorio de La Torre había una posada de colmenas, como inicio de la repoblaci6n que lentamente se va haciendo. El valle del Gallego también se menciona ahora; parece indicar el topónimo una colonización o repoblación a base de ocupantes gallegos. Igualmente se cita el valle de Bermudo. El Rostro, Val de Hornos y Los Cadozos, lugares que van a repoblarse en el siglo XVI.

En el paraje de Val de la Moneda (Malamoneda, hoy en la provincia de Toledo) se cita el inmediato lugar de Las Navas de Estena, en donde seguramente había poblaci6n, al menos de colmeneros y vaqueros. El topónimo vaquería, empleado ya en la centuria que venimos considerando, parece indicarlo así. Se habla también de El Rincón de Estena y de La Hoz de Estena, parajes relacionados con este río.

En estos montes había osos, jabalíes o puercos, encebras, lobos y gatos monteses, según el documento que venimos comentando.

A poco más de dos kilómetros al sur del Milagro. a la izquierda, aguas abajo del río de ese nombre. se localiza el caserío de El Molinillo, que surge en razón al funcionamiento de un pequeño molino que ya estaba labrado en el 1370. Le construyó un hombre llamado Lázaro Martín. Se movía con el agua de un naciente o surgidero. Al lado del pobre ingenio se construyó una humilde choza, siendo ésta el origen del poblado.

El despoblado de Milagro actualmente

Es sin duda éste el paraje más famoso del territorio durante la Edad Media reconquistadora, jugando en ella un notable papel. Por él pasaron las huestes de Alfonso VIII y del arzobispo don Rodrigo, vencedoras en Calatrava y Las Navas de Tolosa.

A mediados del siglo XVI se conservaba el castillo.

Después de aquellos momentos de euforia guerrera pierde su importancia, pero como lugar estratégico y dominante siempre ha tenido cierta celebridad. que después giró en torno a su famosa ermita. Sobre una altura de 740 m., recortada al norte por el cauce del río Milagro, se alzan los muros de esa ermita, blanca, destacándose entre las ruinas de una antiquísima muralla de piedra, que hoy sólo cerca el monte, pero que fue sin duda la defensa del caserío fundado por el arzobispo Rodrigo y del que hoy sólo queda la ermita, situada aproximadamente en el centro de la cuadrícula que dibuja la muralla. En el extremo noroeste de la cerca se advierten sobre el río, las ruinas que levantó o fortaleció el prelado toledano.

El culto en la ermita salvó el despoblado del olvido, por la romería que en ella se celebra.

El río Milagro separa en este sector las provincias de Toledo y Ciudad Real; al sur de él se alza la ermita a que nos referimos y que domina su curso.

La ermita dependió de la parroquia de San Sebastián de El Molinillo y se documenta ya a mediados del siglo XVI, pero es de creer que existiría en el siglo XIV o comienzos del XV.

Texto obtenido de la revista de Estudios Monteños nº 20


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